La ganancia y pérdida excesiva de peso, los cambios hormonales y los embarazos previos pueden provocar acumulación de grasa, flacidez de la piel, aparición de estrías y debilitamiento de los músculos abdominales. En estos casos, se recurre a la cirugía de abdominoplastia.

Especialmente las personas con flacidez de la piel abdominal y debilidad de los músculos que no se corrige con dieta y ejercicio adecuados son candidatas idóneas para la abdominoplastia. Este procedimiento debe considerarse más como una cirugía de remodelación abdominal que como una cirugía para perder peso.

Antes de decidirse por la cirugía, se recomienda que los pacientes con sobrepeso bajen a un peso ideal. En pacientes con sobrepeso, la piel abdominal es más gruesa, por lo que obtener resultados tan óptimos como en personas de peso normal es más difícil. Por ello, primero se sugiere dieta y ejercicio. Los pacientes que han perdido peso mediante estas medidas y buscan corregir la flacidez son los candidatos más adecuados.

¿Cómo se realiza la cirugía?

Cuando los ligamentos entre los músculos de la pared abdominal se debilitan o se rompen, se producen separaciones entre los músculos, lo que hace que el abdomen sobresalga y se vea flácido debido a la presión de los órganos internos. Con la abdominoplastia, los músculos abdominales se tensan, la pared abdominal se estrecha y se eliminan los excesos de grasa y piel. Con esta cirugía también se puede reposicionar el ombligo si ha descendido. Aunque la abdominoplastia no elimina por completo las estrías, la mayoría de ellas se mejora significativamente.

Dependiendo de la deformidad, se realiza una abdominoplastia total o mini. La abdominoplastia total se considera cuando la flacidez y acumulación de grasa en el abdomen es significativa y la separación muscular avanzada. Si la flacidez y la grasa están limitadas a la zona inferior del abdomen, se opta por una mini abdominoplastia. Si se va a reposicionar el ombligo, las cicatrices se ubican alrededor del ombligo y en la línea de la ropa interior.

Generalmente, se combina la abdominoplastia con liposucción para lograr un mejor contorno.

Duración de la cirugía

La abdominoplastia suele durar entre 2 y 4 horas. Dependiendo del estado del paciente, se hospitaliza 1 o 2 días antes del alta.

Complicaciones postoperatorias

Tras la abdominoplastia, especialmente en fumadores, pacientes diabéticos, personas con enfermedades sistémicas o problemas de cicatrización, pueden presentarse dificultades en la recuperación de la herida.

Cuidados postoperatorios

Durante la cirugía se colocan drenajes para evitar la acumulación de sangre y líquido seroso, que se retiran entre 1 y 4 días después. En los primeros días, el dolor se controla con analgésicos y va disminuyendo progresivamente, mejorando la sensación de bienestar del paciente.

Se recomienda caminar ligeramente inclinado hacia adelante los primeros días para evitar tensión en la línea de sutura y dormir con una almohada detrás de la espalda.

Si el paciente no realiza trabajos pesados, puede retomar sus actividades en 1-2 semanas. Se aconseja el uso de faja durante 1-1,5 meses y evitar ejercicios intensos durante 2-3 meses.

El abdomen alcanza su forma definitiva y la inflamación desaparece generalmente entre 6 y 12 meses. Después de la cirugía, los pacientes deben mantener un control de peso y evitar aumentos excesivos de peso.

Quienes tienen sobrepeso considerable y planean perderlo o quienes desean embarazarse en el futuro deberían posponer la cirugía hasta después del parto.